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Eutanasia, suicidio asistido y eugenesia

 

Eutanasia, suicidio asistido y eugenesia

El suicidio asistido y la eutanasia, una realidad hoy en auge que comenzó en la Alemania nazi

Ana Alejandre

En febrero de 2020 saltó a los medios de comunicación españoles la noticia de que el Gobierno holandés había comenzado los trámites legales para la autorización de “una pastilla letal”, que no precisará de prescripción médica, ni justificar un problema de salud para que los mayores de 70 años, “cansados de la vida” pudieran suicidarse si lo desearan. Esta alarmante noticia se mezcló con el debate parlamentario abierto en los Países Bajos sobre la ampliación de la eutanasia. Se llegó hasta el extremo de poner nombre a esa pastilla: Drion.

Huib Drion fue un juez del Tribunal Supremo holandés, además de profesor de derecho, ensayista y académico. Cuarenta años atrás expuso su idea de que el Estado debería poner a disposición de los ciudadanos que han cumplido los 75 años una píldora letal para que, cada persona, pudiera decidir en qué momento quería acabar con su vida. Sin embargo, Drion murió por causas naturales mientras dormía a los 86 años, en su casa de Leiden, en 2004. Pero su propuesta ha vuelto a ser recordada actualmente en la vida política holandesa y `parecía ser que, en esos momentos, se encontraba en la agenda del actual Gobierno que había empezado a tramitar su aprobación y su consiguiente aplicación.

El libro de Drion, titulado «Het Zelfgewilde Einde Van Oudere Mensen», que se puede traducir como «La elección del final de la vida para los ancianos» fue determinante y tuvo una gran influencia en el debate que llevó a la aprobación de la ley de eutanasia en 2002. Ahora es el partido liberal D66, partido que forma parte del sistema gubernamental holandés, quien crea un clima propicio hacia la aprobación de la pastilla letal, por ser el que había incluido en su programa la cuestión de la pastilla mortal para los mayores de 75 años. Los portavoces de dicho partido afirman que el Gobierno va demasiado despacio en la tramitación de esa propuesta y que por ello habían decidido presentar en febrero del año pasado su propia legislación para demostrar que es firme su voluntad de sacarla adelante.

Drion escribió el mencionado libro después de un encuentro fortuito con un anciano que sentía horror por terminar su vida en una residencia, hecho que le hizo reflexionar y llegar a la conclusión de que muchas personas mayores tendrían mayor tranquilidad si encontraran un medio para poner fin a sus vidas de la mejor manera posible y en el momento que pensaran que era el más adecuado para llevar a cabo su fatal propósito.

En junio del año pasado, el Gobierno holandés lanzó una nueva campaña para animar a las personas de cierta edad a reflexionar sobre el final de sus vidas, en un intento de sugerirles el suicidio asistido como posible solución para quienes no quisieran seguir viviendo,

Este hecho ha provocado la aparición en internet de varias páginas sobre cuidado paliativos, en la que se contienen instrucciones para no poner inconvenientes a la voluntad expresa de personas que se vean aquejados por los primeros síntomas de demencia senil

Aunque algunos le llaman bulo a esta iniciativa -por ahora- de plantear esta cuestión a niveles políticos, se ha extendido por muchos medios de comunicación y las redes sociales y desatado una fuerte polémica entre los lectores e internautas de habla hispana, pues ese rumor ha llegado a Latinoamérica, hasta el punto de que en Argentina algunos periódicos explicaron cómo era la pastilla en cuestión, lo que hizo pensar que era ya una realidad en Holanda para los mayores de 70 años que habían perdido el gusto por la vida,

No es solo un bulo o un rumor insidioso, como se quiere hacer creer porque aún no se haya llevado a cabo dicha idea que sigue defendida por el partido D66 de sesgo progresista. La coalición que gobierna actualmente en Holanda –liberales, progresistas y dos partidos conservadores, los democristianos y Unión Cristiana– llegó a un acuerdo en el 2017 para formar gobierno, pero con el compromiso de no presentar ningún proyecto de ley que pudiera llevar a legalizar el suicidio asistido, aunque sí acordaron encargar la investigación que se publicó en febrero de 2020 en los medios españoles como la supuesta entrada a trámite de la aprobación de dicha pastilla, lo que no tuvo lugar por el resultado de la encuesta realizada al efecto y que obtuvo el resultado antes referido y poco representativo. En dicha encuesta los investigadores preguntaron a 21.000 holandeses mayores de 55 años si, una vez lleguen a una edad determinada, y empiecen a sufrir achaques o enfermedades, y consideren que ya han vivido lo suficiente, les gustaría poder acceder de forma legal a la eutanasia. Unas 10.000 personas contestaron que sí, que vienen a representar casi el 50% de las encuestadas.

Unida a los resultados de este informe, la postura del partido progresista D66, partidario de ampliar la ley de la eutanasia –vigente en los Países Bajos desde el año 2002– para que incluya el suicidio asistido, provocó la idea equivocada que ha dado pie a este supuesto bulo -pero con una base de verdad inquietante- tan extendido de que se estaba tramitando la autorización de hacer posible esta pastilla letal y su acceso legal por los ciudadanos.

Dicho informe no explica cómo podría llevarse a cabo ese suicidio asistido pero, según la propuesta del partido D66, no sería tan simple como adquirir un fármaco sin receta para poder quitarse la vida en casa sin más.

Después de que el Gobierno holandés acabara de publicar su primer estudio sobre la magnitud del sector de población al que se dirigiría esta posibilidad de utilizar la susodicha pastilla letal qur hubiera sido posible en el año 2020, si los datos resultantes de dicha investigación no hubiera demostrado que sí existe realmente un sector de la población de más de 55 años que tiene un deseo de morir persistente y tratan de conseguir ese derecho, pero su proporción es muy bajo, de solo un 0,18% de esa franja de edad, por lo que no constituye un grupo significativo. Por el contrario, el ministro de Sanidad, el democristiano Hugo de Jonge, cree que lo aconsejable sería intentar devolverles el deseo de vivir a este grupo de ciudadanos holandeses que son alrededor de 10.000 personas con tendencias suicidas.

No hay que olvidar que Holanda es –junto a Bélgica–,probablemente, el país más influenciado por esta siniestra y terrible banalización social de eutanasia. El año 2002, cuando se aprobó la primera ley que la regulaba, fue practicada en 1880 casos; cinco años más tarde se ampliaron las condiciones para poder aplicarla y, actualmente, ya suman casi siete mil las personas que cada año son ayudadas a morir por el propio sistema sanitario holandés. Unos 20 casos diarios.. Cifra atroz que hace pensar que la vida humana tiene menos valor cada día para quienes solo la consideran desde el punto de vista de la escasa utilidad social que representa cada individuo cuando está enfermo, anciano o padece ciertas minusvalías. El ser humano así se convierte aen un factor desechable y costoso para la sociedad y en esas circunstancias no es aconsejable prolongarle la vida. No es un acto de misericordia y piedad hacia el que sufre, es una forma de descargar el sistema sanitario y económico de un país quitando de en medio a quienes provocan gastos por su edad, enfermedades y/o pensiones.

La más importante defensora de esta propuesta que aún sigue en vigor es la Asociación Holandesa por un Final Voluntario de la Vida (NVVE) que tiene como fin en sus estatutos la ampliación de los límites y supuestos de la ley de la eutanasia.

El caso de Noa Pothoven, adolescente de 17 años que se dejo morir de inanición con el consentimiento de sus padres en el verano de 2020, por haber recibido abusos sexuales desde los once años y violada por dos hombres a los 14 años, le provocaba anorexia ,depresión y sufrimiento psíquico insoportable. Tomó la decisión de dejar de comer y beber ante la imposibilidad de poder acogerse a la eutanasia, ni siquiera en una clínica de Islandia, país que también la tiene aprobada, porque los menores de edad no pueden solicitarla a no ser por enfermedades físicas de extrema gravedad que les suponga un sufrimiento insoportable. El sufrimiento psíquico no está contemplado como supuesto aceptado para solicitar la eutanasia.

Este terrible caso puso de manifiesto que la sociedad holandesa acepta esa práctica letal con total y siniestra naturalidad, aceptando esa terrible decisión de renunciar a la vida a través de manera personal, irreversible y fatal que niega otras opciones que apuesten por la vida con la ayuda de la ciencia, los tratamientos adecuados y el amor y afecto de la familia. No es extraño que en una sociedad como la holandesa se produzcan esas depresiones extremas de una adolescente que ha vivido en una familia que ve aceptable que una hija decida morir por inanición, sin que los padres muestren algo más que la aceptación indiferente de esa dura realidad, por entender, en ese escenario de horror y muerte, que tienen que respetar el derecho a decidir su propia muerte quien ni siquiera había empezado a vivir, Todo en aras de una última concesión paternal para que se cumplan los deseos de su hija a la que, seguramente, no le negaron nunca nada para no traumatizarla. Parece el guión de una película de terror trasladada a la vida real, pero sin espectadores que se horroricen, sino que aplauden en silencio y ven normal el horror que se trasluce en esa terrible decisión y de la indiferencia respetuosa de unos padres que renunciaron a ejercer sus deberes como tales y a enseñar a su hija a amarse a si misma y a la vida que la esperaba como una promesa, a pesar del sufrimiento psíquico por las terribles experiencias vividas de la que era víctim pero no culpable. En la sociedad de la muerte que existe en los Países Bajos y que se extiende por toda Europa, la racionalización de la decisión voluntaria de poner fin a la vida, despojándola de otro ulterior significado, solo como el simple fin de la vida biológica, lleva esta postura hasta unos límites tan monstruosos como el caso citado. inaceptables trribles como e que traspasan la frontera con la más absoluta inhumanidad.
Por ello, esta terrible cuestión, ahora zanjada temporalmente, porque el Gobierno, en un futuro más o menos cercano, intentará despertar el debate entre los holandeses y, antes o después, volverá a preparar un proyecto de ley en un tiempo indeterminado, pero que no podrá ser muy dilatado, según ha comentado uno de los portavoces del Ministerio de Sanidad holandés. También el primer ministro Mark Rute (del Partido Popular por la Libertad y la Democracia VVD, también del grupo liberal) achaca al retraso en esta cuestión a la necesaria coalición para formar Gobierno, pues necesitaron de la Unión Cristiana, un partido minoritario y con raíces religiosas, que está en desacuerdo con que el Estado proponga la legalidad de una pastilla que provoque la muerte de las personas mayores que la soliciten, aunque no padezcan de problemas graves de salud. Destacan en dicho partido que la diferencia entre la eutanasia y la pastilla en cuestión es que, en vez de ser un médico quien la administre, lo hará una especie de “consultores del fin de la vida”.

El negocio estará servido cuando se apruebe dicha pastilla -no tardará mucho-, para que aparezcan empresas que ofrezcan los servicios de dicho tipo de consultores, lo que representa la absoluta negación de la dignidad de la vida humana que quedará en manos de mercenarios “del derecho a la muerte”, quienes fomentarán el deseo de poner fin a la vida de quienes estén dudosos ya que, a más adeptos a dicha terrible solución, mayor ganancia. Además de que, se producirá el efecto dominó o imitativo. Por eso, los casos de suicidio son silenciados generalmente en los medios de comunicación, (en España hay más de 3.600 suicidios al año, uno cada dos horas y media) y 800.000 en todo el mundo anualmente. Los suicidas llevan a cabo su trágico propósito sin que haya ninguna ley que regule dicha opción. Quien quiere morir busca la forma de hacerlo, pero la sociedad no se puede prestar a ayudarle a morir, sino a vivir, a volver a recobrar su deseo de seguir en este mundo con todos los medios que la ciencia pone a su alcance con el auxilio psiquiátrico, psicológico, farmacológico y, sobre todo con una gran ayuda emocional y afectiva. Cada suicidio de un individuo y, sobre todo si es asistido, es un suicidio colectivo como especie, un fracaso como sociedad civilizada.

Los primeros comités de expertos que han estudiado este espinoso tema han manifestado unánimemente que no debe llevarse a cabo tal medida de favorecer el suicidio asistido, los médicos también se pronuncian en contra y, además los partidos como Unión Cristiana muestran su oposición. Argumentan todos ellos que la misión del Gobierno es proteger a las personas, especialmente a las más vulnerables que suelen ser las más ancianas y no puede ayudarles y, a la par, ofrecerles el suicidio asistido, que es una negación de toda ayuda moral y física para solucionar sus problemas. Además, desde el partido Unión Cristiana, sostienen que una vez que se legalizara el suicidio asistido, aumentaría el número de ancianos que solicitarían el mismo, bien por sentirse solos o por estar sufriendo situaciones difíciles y sentir que ya no son necesarios en una sociedad que no valora la vejez, sino que considera a los ancianos un estorbo a eliminar.

Estos problemas no son fáciles de resolver por afectar al plano físico, psíquico, moral y afectivo de las personas mayores, pero la sociedad en su conjunto y el Estado, sobre todo, tienen que asumir su responsabilidad de hacer posible una vida digna a quienes son más vulnerables por edad, salud o situación. Por ello, afirman desde el citado partido político, que no hacen falta asesores del fin de la vida (eufemismo para no nombrar a la muerte), sino asesores o guías para la vida, para demostrar que todo ser humano es valioso por sì mismo

Hay que tener en cuenta quel os votos del Partido Cristiano no son necesarios para obtener una mayoría en el debate parlamentario para aprobar esta posible ley futura , porque existen otros partidos que no están en el Gobierno pero que están dispuestos a apoyarla. Lo que se ignora es si esta disparidad de criterio político puede deshacer la coalición y hacer caer el Gobierno, aunque hasta la fecha no ha sucedido. Pero la posibilidad de que esta futura y controvertida ley se apruebe es más que probable, ya que los legisladores harán, antes o después, los pasos necesarios para convertirla en una realidad que ofrece un futuro inquietante para los ancianos.

Sin embargo, como ha afirmado la Asociación Holandesa de Fin de Vida Voluntario, esta píldora no existe, ni tampoco hay planes de legalizarla o producirla de forma oficial; pero sí reconoce que existió una cooperativa de últimas voluntades que intentó retar al Gobierno, hace un par de años, y para ello promocionaba un polvo letal con una finalidad semejante a la pastilla Drion. También, en la década de los noventa, Els Borst, por entonces ministra de Sanidad, apoyó públicamente la propuesta de llevar a debate la legalización de la Drion, provocando un gran escándalo que la obligó a desistir de su propósito. A partir de entonces, ningún miembro del Gobierno neerlandés ha vuelto a proponer el debate de ese espinoso asunto, pero eso no significa que no lo puedan hacer en el futuro más o menos cercano.

La eugenesia y la eutanasia en la Alemania nazi

Hay que hacer memoria de la historia más reciente del siglo XX donde se tomaron medidas similares pero en otro contexto político, no lejos de los Países Bajos, y con las consecuencias terribles que provocaron .

Fue en 1933,cuando Adolf Hitler venció en las elecciones al Parlamento alemán, autotitulándose como Canciller del III Reich, que puso fin a la etapa democrática de la República de Weimar. Desde que inició su mandato dictatorial, Hitler y el Partido Nazi o NSDAP (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei) adoptaron un creciente número de medidas gubernamentales, según el criterio dictado por el NSDAP, sin tener en cuenta ni respetar la legalidad ni el fondo ético de dichas medidas adoptadas.

Las razones que estaban detrás de estas medidas de actuación se puede resumir en los siguientes:

1) La creación de un nuevo Reich alemán, bajo la guía de un Fürher y el NSDAP, de cuyo partido el líder era Adolf Hitler y la ideología de dicho partido estaba unida a la figura de Hitler y a su libro “Mein Kumpf (Mi lucha).

2) La idea dominante de la superioridad de la Raza aria germánica sobre otras consideradas inferiores, como las judía, gitana o eslava.

3) La idea filosófica e ideológica del “Übermensh”, creada por Friederich Nietzshe que variaría bajo el nazismo, adaptándose así como su pensamiento ideológico con el fin del desarrollo de una nueva raza aria.

3) La creación y desarrollo de valores fomentados por el NSDAP, como eran la primacía de la raza aria, el uso de la iconografía germánica (esvástica, “letra gótica” o Frakturschrift que posteriormente fue eliminada en 1941 por su origen hebreo) , además de la mitología germánica y la cultura e ideologías de masas.

4) El intento de sustitución de las festividades, tradiciones, valores y fe que fueran difíciles de manipular con facilidad, como eran los que tenían origen cristiano Por ejemplo, se encontró recientemnete un panfleto nazi de la asociación cultural nazi Ahnenerbe en el que se explica el deseo de sustituir la Navidad cristiana por la Julfest, festividad neopagana que idolatraba a un “Sol Invictus”.

La eugenesia en la Alemania nazi

La ideología nazi se había visto muy influenciada por la idea de la eugenesia, cuya razón era el apoyo social de una mayoría con ideología utilitarista, que propiciaba y justificaba la eliminación de los sectores más débiles de la sociedad. Esta influencia estuvo defendida por filósofos y científicos, como Friederich Nietzsche, Adolf Jost (“El derecho a la muerte”), Karl Binding y Alfred Hoche (“Libertad para la aniquilación de la vida indigna de la vida”), Eugen Fischer, Erwin Braur y Fritz Lenz (“La heredabilidad humana y la higiene racial”).Todos estos escritores, filósofos, científicos, médicos y juristas auspiciaron y difundieron, desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la creación de un concepto nuevo: la “Lebensurwertes Leben” (“vida indigna de ser vivida”). Este lema fue la justificación de las medidas eugenésicas que fueron desarrolladas durante la Alemania nazi.

La eugenesia se estableció en el III Reich alemán a partir de 1935, cuando se aprobaron leyes como la “Ley para la prevención de la descendencia genéticamente enferma”, que establecía la esterilización obligatoria de quienes tuvieran posibles enfermedades hereditarias, y, también, la legalización del aborto con el requisito del diagnóstico previo de una enfermedad hereditaria. Se aprobó igualmentes, la Ley para la Protección de la Sangre Alemana y el Honor Alemán“ , que prohibía ajantemente las relaciones sexuales con personas de raza “extranjera”, incluyendo el mestizaje . “Ley de Salud en el Matrimonio”, que prohibía el matrimonio con personas afectadas por retraso mental. El NSDAP, con su control del Reichstag (Cámara representativa alemana), consiguió aprobar estas leyes eugenésicas, facilitando así otras futuras medidas legislativas más importantes como fue la eutanasia misma.

Una de las medidas previas que tenía una ulterior finalidad como era implantar la eugenesia fue el uso de la esterilización forzosa, que se contempló en la “Ley para la prevención de la descendencia genéticamente enferma” (Gesetz zur Verhütung erbkranken Nachwuchses), a lo que se añadió la creación de 200 tribunales eugenésicos formados por oficiales nazis y de la salud pública para su control y vigilancia. Sus componentes médicos tenían la obligación de informar sobre cualquier paciente (con pena de grandes multas a los pacientes si no aceptaban) que padeciese alguna de las siguientes enfermedades o características: incapacidad mental, esquizofrenia, trastorno bipolar, epilepsia, ceguera, sordera, incapacidades físicas, enfermedad de Huntington y alcoholismo.
Antes del final de la Segunda Guerra Mundial (1945), se considera que fueron esterilizadas forzosamente 400.000 personas8. Fue el primer paso para que en 1939 se aprobara el programa de eutanasia.

Fue en 1939 cuando el NSDAP presentó un proyecto para aplicar la eutanasia a las personas que sufrieran incapacidades mentales y físicas. La finalidad de esta propuesta era eliminar a determinados grupos de población que habían estado siempre en el punto de mira del III Reich alemán.

Dicho proyecto de eutanasia llevaría el nombre de “Projekt Aktion T4”, (el T4) por referencia a la calle donde se encontraban situadas las oficinas centrales desde las que se dirigía el proyecto de +eutanasia, Tiergartenstrasse 4) que estaría dirigido por la Kanzlei des Fühers (Cancillería del Füher o KDF), bajo la supervisión de Philipp Bouhler.

Los criterios para elegir a los candidatos para incluirlos en los grupos del Projekt T4 eran los mismos que los exigidos para la esterilización forzosa que se han mencionado anteriormente. También se incluyeron a: los residentes de asilos (que llevaran lmás de 5 años), incapacitados mentales, criminales y personas que no tuvieran la ciudadanía alemana (incluso los que no poseyeran “sangre alemana”). Al principio, la eutanasia se aplicaba a los niños y, más tarde, se continuó con la eutanasia practicada en personas adultas. La aprobación del decreto que daba inicio al Projekt Aktion T4 se produjo el 1 de septiembre de 1939, el mismo día en el que se declaraba la guerra a Polonia, y al que se consideró como un decreto de guerra y, por ello, amparaba a los ejecutores y directores del letal proyecto.

Los ciudadanos eran clasificados para el Projekt Aktion T4 por la empresa Reichsarbeitsgemeinschaft (RAG), con la colaboración del departamento médico del proyecto, y, después de ser identificados, se les enviaba a centros o campos de exterminio, como eran Grafeneck, Brandenburgo, Hartheim, Bernbug, Sonnestein y Hadamar donde eran gaseados. Al lado de las cámaras de gas se encontrabas las cámaras crematorias, donde los muertos eran incinerados y sus cenizas se apilaban en montones.

Para ocultar estos asesinatos ante la opinión pública, se crearon y difundieron una serie de historias falsas acerca de las personas eliminadas, como el envío de facturas de los centros sanitarios a los familiares de los asesinados, el paso temporal de los pacientes a centros de transición, siendo recibidos allí por sus familiares para tranquilizar a unos y otros; o bien, la creación de falsas historias clínicas en las que se exponía que habían fallecido por causas naturales.

Después de la ejecución, enviaban a los familiares una urna con las cenizas (las cuales procedían de las apiladas en los crematorios), junto al escrito en el que se exponían las causas naturales de su muerte y el centro sanitario donde había fallecido su familiar. Los bienes de las personas eliminadas pasaban a ser incautadas por el III Reich alemán El sentido utilitarista y práctico lo llevaban hasta las últimas consecuencias de abyección moral.

La duración del crimibal Projekt Aktion T4 el fue limitada ya que duró desde el 1 de septiembre de 1939 hasta el 24 de agosto de 1941, fecha en la que se le puso fin. Adolf Hitler dio la orden de interrumpir tan siniestro proyecto a su médico personal, Karl Brandt, y a Philipp Bouhler, que dirigía el mismo, por las numerosas protestas que se estaban produciendo por toda Alemania y por la cercanía del inicio de la llamada operación Fall Barbarossa (nombre en clave para la invasión de la URSS).

La sospecha entre la población se suscitó por la muerte inesperada de un número muy alto de personas, y el hecho de que se produjera siempre en determinados centros. Esto alarmó a los familiares, y a la sociedad alemana en su conjunto, que empezaron a sospechar de la verdadera causa de la muerte de tan alto número de personas no obedecía a causas naturales que era la versión oficial. A todo ello se unió la protesta unánime del clero católico y protestante alemán, lo que contribuyó a ponerle punto y final al macabro Projekt Aktion T4. Sin embargo, el punto y final del Projekt Aktion T4 sólo se llevó a cabo con respecto a personas adultas, aunque se mantuvo la eutanasia en el caso de incapacitados adultos, pero usando otros métodos como la inanición y la inyección de morfino-escopolimona que se realizaba en los centros sanitarios en donde estaban ingresados en Alemania y en Austria. La eutanasia se siguió practicando para la población infantil que reuniera los requisitos exigidos a tal fin,

En definitiva, aún a pesar de la supuesta paralización del Projekt Aktion T4 se siguió llevando a cabo las prácticas eutanásicas por todo el III Reich alemán hasta el 7 de mayo de 1945 que fue la fecha en la que se puso fin a la guerra; Lo única diferencia con la etapa anterior fue que la eutanasia se practicaba en los mismos centros geriátricos y con otros métodos que simulaban ser terapéuticos, en vez de cámaras de gas.

La cifra estimada de víctimas de las prácticas eutanásicas entre 1940 y 1941, llevadas a cabo en los seis centros antes citados es de 70.273 personas, pero al final de la guerra se calcula que habían fallecido aproximadamente 275.00 a causa de la Aktion Karl (que fue la continuación del Projekt Aktion T4, a la que se llamó la “wilde Euthanasie” (“eutanasia salvaje”). En estas últimas cifras están incluídos15.000 ciudadanos polacos y alemanes residentes en Polonia, que sufrieron la eutanasia entre 1939 y 1940 cuando comenzó la ocupación alemana de Polonia.

La Solución Final y la eugenesia nazi

Reinhard Heydrich, Reichsprotektor de Bohemia y Moravia, el 8 de ener0de 1942, promovió una reunión en Wannsee, próximo a Berlín, a la reunión asistieron numerosos expertos y dirigentes nazis

La reunión se llevó a cabo con la finalidad de diseñar un plan que les permitiera solucionar definitivamente la "cuestión judía” (Judenfrage) que se encontraba en una tensa situación por la anexión del III Reich, en 1941, de Polonia, Checoslovaquia y el resto de Europa donde existía una numerosa población judía.

Solo después de celebrarse la Conferencia de Wannsee, las Cancillerías del III Reich Alemán tuvieron los medios necesarios para llevar a la práctica la Solución Final (Endlösung der Judenfrage) de la llamada “cuestión judía”,, cuyo propósito era dejar a Europa ·libre de judíos”(Judenfrei).

Tras la Conferencia de Wannsee, las Cancillerías del III Reich alemán dispusieron de los instrumentos necesarios para poner en práctica la Solución Final) de la Judenfrage, para así lograr una Europa “libre de judíos” Judenfrei.

La Solución Final, planificada como la operación definitiva para el exterminio de la población judía europea, contaba con su organización, metodología, medios técnicos ,experiencia y el personal necesario a tal fin que provenía, en su mayoría, del Projekt Aktion T4, lo que se demuestra por el gran número de personal del Aktion T4 que fue trasladado y actúo en los campos de exterminio en el ámbito de la operación llamada Solución Final. Esto se encuentra reflejado en un documento de un prestigioso jurista alemán, Erhard Wetzel, llamado Gaskammerbrief.

Hay que hacer hincapié en que la creación y aplicación de los métodos eugenésicos y, posteriormente, eutanásicos en la Alemania nazi, se llevó a cabo a través de un largo proceso de manipulación social a gran escala, que intentó convencer a la sociedad alemana de que la muerte provocada de los incapacitados mentales y físicos se realizaba basándose en que el valor del ser humano no radicaba en su inherente dignidad humana, intrínseca e irrenunciable, sino a su valor útil y temporal para la sociedad, es decir, de acuerdo al pensamiento materialista e utilitarista que imperaba en la Alemania nazi..

Hay que resaltar que una parte de la población alemana con profundas creencias cristianas, protestó intensamente ante la creciente sospecha que se fue afianzando como una evidencia, de que se estaba llevando a cabo un letal programa eugenésico y, después, eutanásico de gran magnitud. A pesar de ello, el régimen nazi mantuvo dichos siniestros programas hasta el final de la guerra.

Cabe preguntarse que si en España ya existe el aborto libre y la eutanasia aprobada en el pasado mes de diciembre cuál es el futuro a corto o medio plazo que nos espera, ya que empezamos un camino, en esta sociedad de exaltación de la muerte en la que nos estamos convirtiendo, siguiendo lo que ha sucedido en otros países europeos que nos llevan un evidente adelanto temporal, como es el caso de Holanda, entre otros.

El valor de la vida humana ya la decide el Gobierno o la coalición “progresista” que esté en el poder, sin que sea ya un derecho inherente al ser humano por el hecho de serlo, pues solo está, para los progresistas, en función de la utilidad que represente cada ciudadano para el conjunto de la sociedad. Si solo origina gastos mantenerlo con vida: pensión, cuidados médicos y asistencia social, es más barato, según el ideario utilitarista, hacelol pasar a mejor vida, pero no por misericordia por su sufrimientos, sino para que el Estado ahorre unos gastos que considera cuantiosos y no aportan nada útil.

Antes de ser aprobada la Ley de la Eutanasia en España, en las UCI europeas y algunas españolas, de forma subrepticia y sin preguntar, en muchas ocasiones, a las familias, se aplicaba la eutanasia cuando el enfermo tenía un cierta edad, padecía una enfermedad incurable y con un corto pronóstico de vida, pero no para ahorrarle sufrimientos, sino para dejar una cama libre, aliviar la carga económica a la Seguridad Social o a la aseguradora de turno y que el paciente no siguiera yendo a Urgencias requiriendo cuidados y atención. Se utiliza para ello la tristemente famosa “morfina de rescate” que deja al paciente en coma y poco después muere sin dolores, sin consciencia y sin haber dado su consentimiento para que dispusieran de su vida los médicos a los que acudía a buscar una mejoría, aunque fuera parcial y temporal, y encontraba la muerte por la decisión unilateral de los galenos que empiezan a considerarse con poder omnímodo sobre las vidas de sus pacientes, No es misericordia, sino utilitarismo disfrazado de compasión por el paciente, Es la negación del derecho a la vida que la propia
Constitución Española, en su Art, 15

Constitución reconoce Constitución recooce Constitución define como inviolable en su Art. 15
odos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”.

Esa pena de muerte solicitada por el paciente se podrá llevar a cabo tanto en los centros sanitarios como en el propio domicilio de forma legal ,en razón de la aprobación de la Ley Orgánica de la Regulación de la Eutanasia, el pasado 17 de diciembre, que entrará en vigor tres meses más tarde de su publicación en el B.O.E.

Habrá que preguntarse cuánto tardara en aprobarse la Ley que legalice la píldora letal para mayores de 70/75 años “cansados de vivir”, y la posibilidad de ponerla al alcance de todos aquellos ciudadanos que, sin tener enfermedad terminal e incurable, ni sufrimientos físicos ni psíquicos insoportables por lo que no pueden acogerse a la eutanasia, estén aburridos de la vida y consideren que han llegado al término de su ciclo vital, aconsejados por los asesores “del fin de la vida”,

Solo es cuestión de tiempo que se facilite el tránsito a los mayores de edad que, por serlo, estorban en una sociedad tan utilitarista, materialista y progresista que ofrece la “muerte a la carta”, porque no puede ofrecer nada más que el vacío de un absoluto pragmatismo ,de un pavoroso nihilismo que niega todo valor a la vida humana por el hecho de serlo, convirtiéndola en un bien o factor de producción que, una vez agotada su vida útil, es desechable por esa sociedad que le niega la ayuda psicológica, emocional y moral para vivir con dignidad y solo le ofrece la posibilidad de morir para no seguir sintiéndose un estorbo que solo representa gastos y molestias a las arcas del Estado.

Toda una lección de “progresismo” que ofrece un futuro oscuro y sin esperanza de lograr un mundo más humano donde las personas no tengan qie recurrir a la eutanasia o al suicidio asistido, con píldora o sin ella, para no seguir viviendo en un mundo desolado, inhumano y atroz como el que nos aguarda en un plazo de tiempo no muy lejano.

Hay que resaltar lo estipulado en la Disposición Adicional Primera de la Ley Orgánica de la Regulación de la Eutanasia. Sobre la causa de muerte.:

La muerte producida derivada de la prestación de ayuda para morir tendrá la consideración de muerte natural a todos los efectos”.

Esta disposición resulta inquietante a todas luces. Así nunca se sabrá el verdadero número de las personas fallecidas por la aplicación de la eutanasia o el suicidio asistido . Una forma eficaz de ocultar a la opinión pública la trágica realidad resultante de tanto despliegue de “progresismo” que recuerda otras leyes del siglo XX de la Alemania nazi. de infausta memoria,

Conclusión.

El panorama que se nos presenta es, cuando menos, inquietante. Aunque estamos en un tiempo distinto y en un país donde hay un Gobierno socialista-comunista-progresista, que, aparentemente, es de caríz político muy diferente al nazismo, empieza a propugnar los mismos medios y hacer campañas de ,manipulación de los ciudadanos para que vean como normales ciertos actos que repugnan a las conciencias de quienes no son tan utilitaristas, progresistas y materialistas, y le dan valor a la vida humana como un bien inalienable y sagrado que ninguna ley humana debe negar. y sí proteger.Se argumenta que la eitanasia tiene que ser solicitada por el paciente y con unos requsitos de informe médico y ser aprobada dicha solicitud por otro, lo cual legitimaría a la aplicación de la eutanasia. Esto es como decir que si alguien estuviera queriendo suicidarse arrojándose por un puente, un espectador que presenciara ese hecho estaría legitimado a ayudar al suicida en su intento fatal, pues le legitimaría la voluntad del siuicida que expresa en ese acto explícito de querer quitarse la vida. Nadie en su sano juicio se ofrecería a ayudarle a morir e intentaría convencer o pedir ayuda para evitar esa muerte anunciada.

No solo es a través de la eutanasia y el suicidio asistido y, también, la ley del aborto ampliando sus requisitos, cuando se niega el respeto a la vida humana, Sino en la “normalización” de esas leyes que no se aprueban por piedad hacia el sufrimiento humano, sino como forma de eliminar a personas que, por edad, enfermedad o incapacidad, son considerados estorbos en una sociedad donde la utilidad, el interés económico y el materialismo exacerbado se están convirtiendo en una visión nihilista que quita toda esperanza.

También el deseo de ir debilitando las fiestas de raíces cristianas como la Navidad- -hay que recordar el deseo de los diversos Gobiernos socialistas de ocultar palabras ralativas a dichas fiestas navideñas como son “Jesús”, María, “José”, “Reyes Magos” y sustituirlas por otras anodinas y polivalentes-. Además del deseo de eliminar otras fiestas populares que están insertas en nuestra cultura y le dan identidad propia (corridas de toros, fallas, sanfermines, feria de abril,etc.) antes y después de la pandemia, que trae a la memoria el esfuerzo nazi por ir negando la identidad cultural y la identificación del pueblo alemán con todo aquello que tuviera raíces cristianas y, a cambio, le intentaban dar prioridad a las festividades precristianas, como se argumenta anteriormente en este mismo artículo.

El nacional-socialismo alemán, origen del nazismo, partió de una época y unas premisas políticas diferentes a las del gobierno socialista-comunista-progresista que tenemos en España, pero como dice un viejo refrán español: “Los extremos se tocan”Y esto es lo que, poco a poco, empezamos a advertir quienes vemos que la historia se empieza a repetir con asombrosa semejanza, aunque unos eran nazis –para su vergüenza-, y los otros sean progresistas -para su orgullo-, empiezan a parecerse demasiado por sus actos. Quizás sea, porque toda idea política totalitaria es igual a sí misma, aunque lleve diferente denominación.







 

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